Desde la aparición de Whatsapp, las comunicaciones a través de los dispositivos móviles han cambiado radicalmente. La opción de poder chatear con tus amigos a través de este programa, de forma gratuita, mandando mensajes ilimitados o incluso archivos, ha cambiado sin duda la forma de relacionarse de la gente, al menos en España, donde una gran mayoría de los usuarios con teléfono móvil utilizan Whatsapp todos los días, para hablar y quedar con sus amigos, familiares y conocidos.
De ahí que Whatsapp se haya convertido en muy poco tiempo en una aplicación indispensable, que está disponible en prácticamente todas las plataformas móviles. El gran número de usuarios que la utilizan, más de 200 millones, es su principal baza. Pero ahora están apareciendo algunas aplicaciones que pueden desafiar la supremacía de este servicio, ofreciendo uno muy similar, también gratuito, y con mejor rendimiento. El mejor exponente se llama Line, viene desde Asia, y trae mensajería instantánea en chat, llamadas y videollmadas gratuitas. Una combinación entre Whatsapp y Skype que cada vez tiene más adeptos, por su rendimiento extraordinario.
Line no solo es una gran aplicación para mandar mensajes de texto, sino que también podemos mandar mensajes de voz, hacer llamadas y videollamadas y enviar todo tipo de archivos, y todo ello con un rendimiento espectacular, sin problemas de colpasos, como está sucediendo últimamente con Whatsapp, algo que lleva a muchos usuarios a descargar Line y cambiarse de aplicación. Además de los dispositivos móviles, Line también puede funcionar en el ordenador, tanto en PC como en Mac, lo que supone otra ventaja frente a Whatsapp.
Lo único que diferencia todavía a Whatsapp y a Line es que la primera tiene, por ahora, más usuarios que la segunda, y eso es algo tremendamente importante tratándose de un programa eminentemente social, donde queremos encontrar a todos nuestros amigos. En el momento en el que una buena parte de ellos se pasen a Line, seguramente nosotros también acabemos cambiando. O puede que seamos nosotros los que les animemos a hacerlo. Razones, desde luego, no faltan.
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