¿Estás pensando en crear una página web? Si es así, uno de los primeros pasos que tendrás que dar es elegir un servicio de hosting para alojar tu página y que ésta pueda ser visitada. Necesitas un espacio en el que almacenar los contenidos, ya sean de texto, imágenes o vídeo y que éstos sean accesibles a través de la web. Eso es el hosting web.
Ahora bien, existen dos tipos
¿Por qué pagar por un alojamiento web?
Si lo que pretendes es poner en marcha una página seria, profesional y que funcione de una manera adecuada, conviene que te plantees pagar por un alojamiento web. Ventajas, prácticamente todas, menos el precio, claro:
- Puedes elegir con total libertad el nombre de tu dominio
- Controlas absolutamente toda la página, puedes elegir el software para crea tu site o decidir si incluyes publicidad en ella
- Puedes ampliar el número de funciones (widgets, galerías, etc) sin tener que realizar abonos extra
- La compañía de hosting cuenta con soporte técnico que, en el caso de un alojamiento de pago, si te ayudará a solucionar cualquier problema
- Una página web profesional siempre se posicionará mejor en los buscadores, de modo que el número de visitas será mayor y, con ello, los beneficios que nos puede aportar nuestra página
Tipos de alojamiento de pago
Una vez que te has decidido por un hosting de pago llega el momento de elegir el modelo que más te conviene:
- Alojamiento compartido: ofrece espacio en un servidor (una máquina física) en la que hay alojados otros clientes. Es más barato, pero no ofrece seguridad completa. Se comparte espacio y funcionalidades, de modo que el uso de recursos que hagan los demás puede afectar a nuestro site.
- Servidores dedicados: en este caso el cliente tiene en exclusiva un servidor. No comparte recursos con otros clientes, de manera que tiene control absoluto sobre todas la funcionalidades, puede instalar la aplicaciones que le convengan, puede blindar sus datos y, además, dispone de mucha mayor capacidad de almacenamiento.
- VPS: es una solución intermedia de las dos anteriores. Realmente es un servidor dedicado en el que se alojan máquinas virtuales absolutamente encapsuladas e independientes de las demás, con recursos propios y capacidad de almacenamiento ya establecido para cada servidor, esa es la gran diferencia con el alojamiento compartido.
Dependiendo de tus necesidades tendrás que analizar qué hosting web te conviene y necesitas. Como ves, existen distintas posibilidades e incluso dentro de cada tipo de alojamiento puedes encontrar muchas opciones. Merece la pena dedicar un tiempo a elegir que realmente te conviene.
Imagen: 4webblog, Pixabay
Mi experiencia en todos los tipos de servicios reseñados me ha enseñado una cosa: a veces el servicio depende del cliente, no del proveedor. Me explico: en el caso de los compartidos y los VPS es mucho mejor tener soporte técnico por parte del mismo proveedor, pues los asuntos se solucionan más o menos con cierta facilidad con clientes y proyectos de poca envergadura. En el caso de un servidor dedicado, los retos son de otra escala (y más si se trata de un sitio complejo) y para tales ligas mayores es mejor tener un experto externo, conocedor de la plataforma y tipo de información que manejamos. Con el personal apropiado en cada etapa, las cosas salen bien.